El placer es compartido cristiano,
traducir una lengua es siempre un ejercicio difícil, especialmente con textos poéticos, filosóficos, etc. Sólo se puede hacer cuando se domina perfectamente la palabra hablada y escrita y se puede pensar en esta última.
Siempre es un placer compartir con alguien que comparte este sentimiento. Los traductores digitales nunca sustituirán al ser humano, pero a veces ayudan.
Al ser multilingüe con tres alfabetos, las traducciones en latín, cirílico y griego pueden ser malinterpretadas.
Sinceramente